El Reto

Aún que una gran parte del camino de París a Pittsburgh será recorrido sobre tierra, la parte más difícil de la expedición será cruzar el Oceano Atlántico a remo. Algunos de los retos más duros que Julen tendrá que superar en la travesía son:

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Condiciones climáticas

Remar a través de un océano depende en gran medida de las condiciones meteorológicas como la dirección del viento, velocidad del viento, tormentas y corrientes. Para evitar que el viento llegue a llevar el barco hacia la costa de Marruecos es importante encontrar el momento perfecto para salir. Los vientos tendrán que permitir al remero ganar suficiente distancia de la costa y acercarse a los vientos alisios, lo que ayudará a dirigirse al Caribe / América del Norte. Como las condiciones del viento pueden cambiar a diario, el remero tendrá que estar en contacto diario con un experto en meteorología que le aconsejará la mejor estrategia de ruta para evitar tormentas y condiciones desfavorables. Los remeros oceánicos están expuestos a los elementos 24/7 y es casi imposible evitar los grandes sistemas meteorológicos, así que el remero tendrá que lidiar con lo que se le presente.

Pérdida de Peso

Remar durante 12 a 18 horas al día quema una cantidad muy alta de calorías, de hecho alrededor de 8000 kcal al día. Remeros océanicos no suelen ser capaces de consumir más de 6000 kcal por día, lo que puede dar lugar a pérdidas de peso bastante dramáticas en el curso de sus expediciones. Debido a la gran distancia entre Portugal y los EE.UU. y al hecho de que Julen remará solo, es posible que pierda entre 15 y 20 Kilogramos o más durante la travesía. Para evitar una pérdida de peso y masa muscular muy extrema, Julen tendrá que ser muy consciente de las calorías que quema durante cada día (porque incluso dormir en un barco de remo oceánico puede quemar cientos de calorías debido al oleaje). Por lo tanto, uno de los mayores desafíos para Julen será comer toda su comida preparada cada día, al mismo tiempo quemar la menor cantidad de calorías posible y no dejar de progresar lo más rápido posible para evitar perder demasiado peso y fuerza para poder avanzar.

Mareo

En la primera semana de la expedición es bastante común experimentar mareo o mal de mar, que puede dificultar que el remero se hidrate y coma la cantidad apropiada de alimentos. En algunos casos, el mareo también puede volverse crónico y comprometer la realización del cruce. Aunque la tarea de remar todo el día cada día ya es increíblemente difícil en sí misma, el mareo puede hacer esta tarea aún más difícil.

Olas

Las olas en el Atlántico pueden ser grandes; muy grandes, de hecho. Muchas veces las tormentas producen oleaje que puede superar los 9 metros de altura y volcar el bote de remo oceánico, cual está diseñado para volver a volcarse automáticamente a estado normal después de darse la vuelta. Hacer zozobra puede ser peligroso tanto cuando el remero esté en su cabina como cuando esté a bordo porque puede lesionarse al girar en la cabina o al ser arrastrado por la borda. Ya que volcarse técnicamente siempre es posible, el remero estará conectado a su embarcación en todo momento con una línea de vida para evitar separarse de la embarcación, lo que sería el peor de los casos.

golden gate waves

Privación de Sueño

Remar hasta 18 horas al día no sólo es agotador físicamente sino que también permite dormir muy poco. Además, dormir en una embarcación de remo en el océano puede ser difícil debido al constante movimiento del bote y algunos remeros han reportado alucinaciones como resultado. En tal estado de fatiga física y mental, el remero tiene que asegurarse de no incurrir en calquier comportamiento arriesgado y de tomar buenas decisiones independientemente del agotamiento mental o la privación de sueño.

Esfuerzo físico

Remar 4.400 millas náuticas a través del océano requiere hasta 2.5 millones de remadas o aún más. El riesgo de lesionarse y agotarse físicamente por lo tanto es muy real. Aunque la preparación física para el cruce puede preparar el cuerpo hasta cierto punto para la tarea física, estar en el océano durante varios meses es una situación imposible de simular y preparar. Remeros oceánicos típicamente reportan dolores en todas partes del cuerpo, ampollas, llagas de sal y la sensación de estar constantemente mojados.

El desafío mental: aislamiento & monotonía

Aunque la expedición será un desafío físico sin precedentes, es probable que la desafío mental supere las dificultades físicas. Julen estará solo durante todo el trayecto y es posible que no se encuentre físicamente con ningún ser humano hasta llegar a Florida. Su único medio de contacto con otras personas será el teléfono por satélite. Además, estando en el oceano no es posible tomar un descanso de la aventura ya que el remero estará completamente expuesto a los elementos 24/7. Salvo el reto de darlo todo durante varios meses, Julen tendrá que superar sentimientos de soledad, la monotonía de hacer la misma cosa cada día, la impotencia de remar contra corrientes y vientos durante días enteros, probables fallos del equipo técnico y situaciones peligrosas.

Enfrentar estos desafíos expondrá a Julen a experiencias difíciles, hermosas, terribles e intensas y le pondrá a prueba en todos los ámbitos de la vida.
Mientras que algunos días en el mar pueden ser impresionantes e inspiradores, otros pueden ser aburridos, monótonos y dolorosos.
La única certeza es que Julen no saldrá del barco en Florida como la misma persona que entró en el barco en Portugal.